CUANDO LA VIOLENCIA DE GÉNERO SE LLEVA A CABO DE FORMA QUE LOS HIJOS SE ENTERAN DE ELLA, NO ES NECESARIO QUE HAYAN VISTO LOS HECHOS DIRECTAMENTE PARA ESTIMAR LA AGRAVANTE.

Así lo ha establecido el pleno de la Sala Segunda del Tribunal Supremo: La agravante consistente en actuar “en presencia de menores” no se puede restringir a que los menores hayan visto la actuación sino que se extiende a cualquier otra percepción sensorial que posibilite tener conciencia de que se está ejecutando una conducta agresiva de hecho o de palabra, propia de una escena de violencia.

 

De lo que se trata es de penalizar con un plus de pena, aquellas acciones que perjudican a los menores por estar éstos siendo directamente afectados por la violencia. Si uno oye golpes, gritos, llantos, etc. sabe o imagina lo que está pasando y el daño que a ese menor se le hace, es merecedor de un plus de penalidad. Que es lo que la Sala Segunda ha delimitado en esta sentencia. La sentencia es de 23 de Abril de 2018.