LOS INTENTOS DE CONTACTAR POR TELÉFONO (LLAMADAS PERDIDAS) CON LA VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO RESPECTO DE LA QUE SE HAYA PROHIBICIÓN DE COMUNICACIÓN, ES DELITO.

LOS INTENTOS DE CONTACTAR POR TELÉFONO (LLAMADAS PERDIDAS) CON LA VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO RESPECTO DE LA QUE SE HAYA PROHIBICIÓN DE COMUNICACIÓN, ES DELITO.

El Tribunal Supremo acaba de publicar sentencia condenando a un agresor por un delito de quebrantamiento de condena, al haber intentado ponerse en contacto con su víctima, sin lograrlo, teniendo prohibida la comunicación con ella por sentencia.

La Sentencia ratifica la dictada por la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Las Palmas que, a su vez, confirmaba la del Juzgado de Instrucción nº 2 de Puerto del Rosario en Fuerteventura.

Entiende el Tribunal Supremo que existe un contacto escrito equivalente a un mensaje que le hubiera remitido el agresor condenado a la víctima, desde el momento en que, como consecuencia de la llamada por él efectuada, aquella recibe un mensaje del operador. “el mero hecho de llamar, cuando es posible identificar la procedencia, ya supone en esos casos, un acto consumado de comunicación”.

La defensa del condenado mantenía que no se había consumado el delito de quebrantamiento de condena al no haber sido atendida la llamada por la víctima. El Tribunal Supremo disiente porque entiende que existen los elementos objetivos y subjetivos de tipo penal. Además añade la sentencia, el quebrantamiento de la medida o de la pena “supone un ataque a la seguridad y a la tranquilidad de la persona a la que se pretende proteger con la resolución en la que se acuerda la medida o se impone la pena”.

Lo cierto es que, quienes hemos defendido a víctimas de violencia de género, sabemos por experiencia que una llamada del agresor, altera gravemente la tranquilidad que en ocasiones ha sido muy difícil de recuperar para la víctima. Por eso, es importante que el quebrantamiento de la medida de alejamiento, incluso respecto de las llamadas perdidas, se penalice; se trata de proteger a las víctimas de nuevas agresiones y lo es, el encontrarse en el teléfono una llamada perdida de quién te ha agredido.