¿Custodia compartida o monoparental? ¿Cuál es la vía más fácil en un proceso de divorcio?

Indudablemente el mutuo acuerdo es una solución mucho más sencilla, rápida y económica para los procedimientos de divorcio que el contencioso y normalmente implica, en la mayoría de los casos, la inclusión de la custodia compartida como solución a la distribución del tiempo de estancia de los hijos del matrimonio con sus progenitores. Pero esto no tiene por qué ser así siempre, ya que la conveniencia de un tipo de custodia de los hijos u otro, dependerá de la edad de estos, la distancia entre los domicilios de los progenitores, los horarios de trabajo de estos últimos y las habilidades de ambos para el cuidado y educación de sus hijos. En definitiva, son éstos los elementos que también tendrán en cuenta los jueces a la hora de decidir con quién han de convivir los menores.

Es de lógica que si los domicilios de los progenitores están muy alejados geográficamente, por ejemplo, Irún y Tolosa, no se considere viable o muy difícilmente lo sea, una custodia compartida.

Otro tema es el de los horarios de trabajo de cada uno de los progenitores que habrá de ser tenido en cuenta, pero que no tiene por qué impedir un tipo u otro de custodia porque incluso, aquellas parejas que no se separan, a veces se ven obligadas a contratar los servicios de una persona externa o recurrir a familiares o amigos que les sustituyan en el cuidado de los niños a las horas en las que por estar trabajando ambos, les es imposible hacerlo ellos directamente. No existe razón que impida esto mismo una vez divorciados, ya sea dentro de un régimen de custodia compartida o teniendo la custodia uno de los dos, en la práctica de  ésta o en el ejercicio del derecho de visitas o de estancias con el progenitor no custodio.

En cuanto a la habilidad de los progenitores para el cuidado y la educación de sus hijos, es precisamente el elemento más difícil de valorar, por lo que en caso de no existir acuerdo, será uno de los temas acerca de los que podrá pedirse informe psicosocial.

En resumen, es muy recomendable tener en cuenta todos estos aspectos a la hora de decidir qué es lo mejor para los hijos, lo que respete el “interés superior del menor”.