Frecuentemente, sobre todo ahora en verano, nos molestan los ruidos cuando éstos son continuos, constantes y elevados, impidiéndonos el descanso. Cuando esta actividad reúne los requisitos que hemos dicho y es grave, puede ser objeto de condena penal. Este es el caso de la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Huelva.